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Blog del eBook El Maestro de la Realidad

miércoles, 11 de octubre de 2017

EN ESPÍRITU O FUERA DE ÉL



Andar un camino es señal de desapego, y los magos enseñan que la verdadera libertad está en el desapego.

Una persona libre vive en el espíritu, de la misma manera que el mago, y puede hacer mucho más bien que el que podría hacer por fuera del espíritu. Nuestra sociedad no acepta aún este punto de vista, porque usted y yo y todas las personas a quienes conocemos hemos sido condicionados para pensar de otra manera. Estamos apegados a todo y creemos que lo que hace funcionar la vida es el apego.

Nuestro sentido de apego comienza con nuestra relación con esta Tierra. Los mortales, dicen los magos, viven bajo la ilusión de que son dueños del mundo y controlan su destino. Desde el punto de vista de los magos, el mundo tiene un espíritu que supervisa nuestro bienestar; vivimos al abrigo de ese espíritu y tenemos la capacidad de forjar nuestro propio destino. Pero no es posible poseer o controlar al espíritu. “¿Deseas poseer el mundo entero, no es así?”, le preguntó Merlín a Arturo.

“No, creo que no”, replicó el muchacho.

“Ah, silo deseas, créeme. Ustedes los mortales son como la chispa que ha de incendiar todo un campo algún día. La chispa parece insignificante, pero se disemina cada vez más”.

“¿Quieres decir que destruiremos el mundo?”, preguntó Arturo.

“Eso depende. No es posible destruir el espíritu y si llegas a considerarte un espíritu, te unirás al espíritu de la Tierra. La alternativa es hacer caso omiso del espíritu y, si optas por ese camino, esta Tierra no te interesará para riada. Su dolor no apelará a ti”.

Merlín señaló una gran roca. “Patéala”, dijo. Arturo obedeció.

“¡Ay!”, se quejó.

“Raro”, comentó Merlín. “Fue la roca la que recibió la patada y, no obstante, fuiste tú quien gritó”.

“¿Qué tiene eso de raro?”, se quejó Arturo, sospechando que el mago lo había hecho patear más fuerte de lo que el había planeado.

“Esta fue una lección sobre el espíritu. Cuando pateaste la roca, te lastimaste a ti mismo. La roca no protestó, porque la Tierra jamás lo hace. Ella está segura en el espíritu. La lección de la Tierra para ustedes, los mortales, es su seguridad en el espíritu. Pero si sientes ira a causa de tu lesión, la cual la roca se limitó a devolverte, tenderás a hacer caso omiso del espíritu. Querrás aplastar la roca, destruirla y utilizarla para tu beneficio, todo porque la Tierra es lo suficientemente gentil como para no gritar cuando la lastimas”.

Es parte de la naturaleza del espíritu no protestar. No hay forma de lastimar al espíritu, y aunque los humanos hemos causado un daño asombroso a la Tierra, el resultado final siempre será que acabaremos dañándonos a nosotros mismos. No respetamos nuestro propio espíritu. Nos vemos a nosotros mismos con temor e ira. “Has perdido la fe en la fe”, dijo Merlín. “Pareces no confiar en la confianza”. Lo que esto significa es que las cualidades del espíritu, entre ellas el amor, la fe, la confianza, deben conocerse y experimentarse para que sirvan de algo.

La mayoría de las personas batallan contra su voluntad; recurren al miedo y a la ira porque sienten que esos son los caminos que les han sido impuestos. La voluntad para vivir en paz depende de no dejarse guiar por esas energías negativas, y eso sólo puede lograrse siguiendo el sendero del mago. «Si deseas hacerle bien al mundo, abandona todo tu egoísmo y conviértete en mago”, decía Merlín. “Si deseas hacerte bien a ti mismo, sé completamente egoísta y de todas maneras conviértete en mago”. Aunque esto puede sonar paradójico, en últimas todo espíritu es espíritu. Todos vamos por el mundo como individuos, pero también como parte de la Tierra. Por lo tanto, en la medida en que nos reconquistamos, recuperamos al mundo

Extraído del libro El Sendero del Mago, de D. Chopra

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