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Blog del eBook El Maestro de la Realidad

martes, 7 de noviembre de 2017

LA INNECESARIA CULPA


Culpar a los demás o a nosotros mismos simplemente es innecesario.

La atracción por culpar surge en la primera infancia como un hecho cotidiano en el aula, el patio de recreo, y en casa de los hermanos. Culpar es el tema central en los interminables procesos judiciales y demandas que caracterizan a nuestra sociedad. En verdad, culpar es sólo otro de los programas negativos que hemos permitido que nuestra mente adquiera porque nunca nos hemos parado a cuestionarlo.

¿Por qué debe algo ser siempre "fallo" de alguien? ¿Por qué debe ser introducido todo el concepto de "malo" en la situación en el primer lugar? ¿Por qué debe uno de nosotros estar equivocado, ser malo o culpable? Lo que parecía una buena idea en ese momento pudo no haber salido bien. Eso es todo. Los acontecimientos desafortunados pudieron solo haber sucedido.

Para superar el tener que culpar, es necesario ver la secreta satisfacción y placer que obtenemos de la autocompasión, el resentimiento, la ira, y las excusas que nos damos a nosotros mismos, y empezar a entregar todas estas pequeñas recompensas. El propósito de este paso es pasar de ser una víctima de nuestros sentimientos a elegir tenerlos. Si nos limitamos a reconocerlos y observarlos, entonces comenzaremos a desarmarlos, y a entregar las partes que lo componen, entonces estamos conscientemente ejerciendo la elección. De esta manera, hacemos un movimiento importante para salir de la ciénaga de la impotencia.

Es de ayuda para superar la resistencia y asumir la responsabilidad de nuestros programas y sentimientos negativos el ver que provienen de un pequeño aspecto de nosotros mismos. Es la naturaleza de la parte más pequeña de nosotros mismos la que piensa negativamente, por lo que hay una inconsciente tendencia a estar de acuerdo fácilmente con su limitado punto de vista. Pero esa no es la totalidad de nuestro ser; fuera y más allá del pequeño ser está nuestro mayor Ser.

Podemos no ser conscientes de nuestra grandeza interior. Podemos no estar experimentándola, pero está ahí. Si nos desprendemos de nuestra resistencia a ella, podremos empezar a experimentarla. La depresión y la apatía, por tanto, resultan de la voluntad de aferrarse al pequeño ser y a su sistema de creencias, además de a la resistencia a la nuestro Ser Superior, que se compone de todos los opuestos de los sentimientos negativos.

La naturaleza del universo es que todo en él esté representado por su igual y su opuesto. Así, el electrón igual y opuesto es el positrón. Cada fuerza tiene una igual y opuesta contra-fuerza. El Yin es compensado por el Yang. Existe el miedo pero también el coraje. Existe el odio pero su opuesto es eI amor. Existe la timidez pero también la valentía. Existe la tacañería pero también la generosidad. En la psique humana, cada sentimiento tiene su opuesto. La manera de salir de la negatividad es, por tanto, la voluntad de reconocer y dejar de lado los sentimientos negativos y, al mismo tiempo, la voluntad de dejar de resistirse a su opuesto positivo. La depresión y apatía son el resultado de estar en el efecto de la polaridad negativa. 

¿Cómo se hace esto en la vida cotidiana? ...

Extraído del libro Dejar ir: el arte de la entrega del Dr. D. Hawkins

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