Capítulo 7 - A la salida
“Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día en tu vida” (Confucio)
Han pasado por lo menos ocho horas desde que entró al trabajo o a su centro de estudios y llegó por fin la hora de dar por terminada su jornada.
También en estos momentos usted puede elegir como interpretar lo sucedido durante esas horas. Las personas, las situaciones las tareas han impactado en usted. Es posible que algunas de ellas hayan sido de tipo negativo. ¿Se equivocó al entregar su trabajo y fue reprendido? ¿Se le olvidó finalizar algo importante?
¿Discutió con algún compañero? ¿Se vio envuelto en críticas o juicios hacia su compañía o hacia algunos integrantes de ella? ¿Le saco de su tranquilidad algún cliente? ¿Se molestó con un proveedor que no llegó a servirle a tiempo?
Seguro que usted puede ampliar la batería de preguntas y escoger las que más se ajustan a lo sucedido.
La idea de reflexionar sobre estas cosas tiene el propósito de que, en la medida que usted ponga en práctica las sugerencias que le hago a través de este libro, se dará cuenta de que si usted sale de trabajar o de estudiar y sigue cargando con esos recuerdos, con toda seguridad usted estará atrayendo hacia si mismo un resto de día no muy agradable.
Recuerde lo que se exponía en el capítulo anterior sobre los denominados “residuos de experiencias traumáticas” traídas desde el pasado. En este caso, el pasado se desarrolló en un tiempo no muy lejano, quizá hace unas horas o justo cinco minutos antes de salir.
La técnica, el método propuesto para practicar cómo deshacer esa situación negativa; esa elaboración de combustible tóxico para sus momentos futuros está basada en los mismos planteamientos que hemos ido viendo.
Por un lado, el Maestro Tolle nos recordaba: Acepte, después actúe. Cualquier cosa que contenga el momento presente, acéptelo como si usted lo hubiera escogido. Trabaje siempre con él, no contra él. Conviértalo en su amigo, en su aliado, no en su enemigo. Esto transformará su vida milagrosamente
Y por otra parte el Maestro Hawkins nos sugiere la práctica del Dejar Ir. Decíamos antes respecto a manejar situaciones negativas provenientes del pasado que:
Si por el contrario el recuerdo le trae amargura, tristeza, rabia, enojo o vibraciones de baja intensidad, tome conciencia de lo que está sintiendo, deje que el sentimiento aflore, pero no lo alimente de pensamientos. Permítase sentir esa rabia, esa tristeza, sienta como esa energía se deshace por si sola y finalmente le abandona en ese momento. Siéntala pero no la alimente con pensamientos que traten de justificar, de enjuiciar, de condenar.
Usted ha de mantenerse alerta cuando se vea saliendo de su trabajo cargado con una mochila llena de piedras emocionales en forma de pensamientos y sentimientos negativos. Decíamos anteriormente que hay que perseverar; persistir en la tarea de no alimentar con veneno su mente.
Recuerde: “Hay que practicar. Hay que entender el mensaje principal que es el de ir deshaciendo el mayor número de posibles emisores de negatividad para que no nos venga devuelta.
Nuestro ego siempre nos invitará a la batalla para no sentirnos humillados, menospreciados o cualquier otro sentimiento que nos revuelva las tripas y ponga en marcha otros peores como la ira, la rabia o la cólera en nombre de nuestro orgullo.
Relativice las situaciones. Obsérvelas, no las juzgue, no las condene. Trate de encontrar qué le lección puede aprender de esa situación para que refuerce en usted su mejor versión.”
Lo pasado, pasado está; en este momento sólo dispone del presente, el momento presente.
Ya salió. Está en la calle; en otra situación. No se deje arrastrar por un sinfín de repeticiones de lo sucedido, que a su vez se convierten en un sinfín de sensaciones negativas.
Usted puede elegir con qué quiere alimentar el emisor de vibraciones.
El Maestro Tolle habla de ello:
La mente, para asegurarse el control, busca continuamente cubrir el momento presente con el pasado y el futuro, y así la vitalidad y el potencial infinitamente creativo del Ser, que es inseparable del Ahora, queda cubierto por el tiempo, la verdadera naturaleza queda oscurecida por la mente. Se ha acumulado una carga cada vez más pesada de tiempo en la mente humana.
Todos los individuos sufren bajo este peso, pero también siguen aumentándolo a cada momento, siempre que ignoran o niegan el precioso momento o lo reducen a un medio para obtener un momento futuro, que sólo existe en la mente, no en la realidad. La acumulación de tiempo en la mente humana individual y colectiva también carga una gran cantidad de dolor residual del pasado.
Si no quiere crear más dolor para usted y para los demás, si no quiere aumentar más el residuo de sufrimiento pasado que aún vive n usted, no cree más tiempo, o al menos no más del necesario para manejar los aspectos prácticos de su vida. (El Poder del Ahora)
Es el momento, el ahora, el nuevo ahora; un lienzo en blanco para pintarlo como usted prefiera; no tiene porqué pintar siempre el mismo cuadro; el cual además no le gusta nada, ni a nadie. Y digo expresamente a nadie porque en la dinámica del mecanismo psicológico usted, además de sentirse mal en su interior, lo proyectará hacia el exterior, ya sea manteniendo un ánimo y un estado de decaimiento por el contrario un estado de enojo, rabia o ira hacia las personas que se relacionen con usted.
Da igual que sea la persona que se cruza a usted en el autobús, en el tráfico, en la tienda o en su propia casa con un vecino, sus amigos, sus hijos (si los tiene) o su pareja.
Si usted sale del trabajo o del centro de estudios con esos pensamientos de baja vibración le aseguro que el resto del día se le torcerá bastante y con toda seguridad se convertirá en algo que crecerá como el efecto de bola de nieve.
Extracto del capítulo VII del Libro "Elige. Enfoques para modelar su día a día")
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