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Blog del eBook El Maestro de la Realidad

viernes, 29 de diciembre de 2017

ALGUNAS SUGERENCIAS PARA SEMBRAR AMOR DONDE HAY ODIO


Cuando hables de otra persona, esfuérzate por enviar o dirigir amor a su campo de energía y animar a los demás a pensar en el amor y enviar energía amorosa a los que parecen haberse perdido en su odio. Sé la persona que fomenta la idea de que la gente puede cambiar. Pide a tu familia y a tu círculo de amistades que dirijan amor hacia los que se hallan estancados en el tormento de su odio.

Cuando tengas conversaciones privadas, haz que giren en torno al amor y no al odio hacia el que odia. En los momentos en que no estés presenciando odio, también puedes sembrar amor. Rezar por una persona que está llena de odio tiene tanto sentido como rezar por alguien que está enfermo o herido.

 Penetra con amor en el campo de energía del odio. Sin necesidad de identificarte, tienes la oportunidad de emplear tu energía del amor para detener las pasiones del odio. Cuando vives con amor en tu corazón irradias una energía más espiritual, más rápida. Puedes dirigir esta energía superior del amor hacia situaciones de odio.

Recuerdo una tarde en que me encontraba en un parque con dos de mis hijos, cuando un padre explotó de ira ante su hijo pequeño. Gritó y amenazó al niño con violencia. Yo me puse en acción de inmediato, no para enfrentarme al airado padre, sino para acercarme y enviarle energía de amor. Le envolví en una nube imaginaria de bondad. Vi entonces que el hombre empezaba a suavizarse, en parte porque había reparado en mí y su conducta le avergonzaba, pero sobre todo porque yo enviaba la energía superior y más rápida del amor a un espacio en que la energía inferior y más lenta del odio se hallaba presente. Esta energía superior influyó en su conducta aun antes de que él se fijara en mí.

Has oído en ocasiones la expresión: «Vamos a enviarle energía positiva». No se trata de ficción; es otra manera de sembrar amor donde hay odio. Tú posees el poder de utilizar de esta manera tu energía amorosa en cualquier momento.

 Cada vez que tropieces con odio, recuerda que la persona que lo dirige se siente odiada. Esto encenderá en ti el deseo de aliviar el tormento de esa persona con la calidez de tu amor. Cada vez que nuestros hijos dicen o hacen cosas que indican que sienten odio, tanto mi esposa como yo intentamos asegurarles que son amados y que merecen el amor. Pequeños recordatorios, cuando el ambiente se ha despejado, como un abrazo o una palmadita en el hombro, o una frase como: «Bueno, mamá te quiere y también Dios; siempre, incluso cuando estás enojado». Nada de sermones, sólo un amable recordatorio de que son amados.

 En medio de una discusión seria en la que se proyecta odio, recuerda que Dios ama a todos. Si de alguna manera puedes transmitir esto a todos los contendientes, incluido tú mismo, eso solo basta para hacer desaparecer el odio y, al mismo tiempo, dar una solución espiritual a la situación.

 Comprométete a pasar una hora con alguien menos afortunado que tú. Cerca de tu casa hay alguien que está desesperado e indefenso. Con frecuencia estas personas no saben que el origen de su angustia es que no se sienten amados y tienen la sensación de que el mundo en general les rechaza y también la gente que forma parte de sus vidas. Tú puedes ser un instrumento de paz, sembrando amor para esa persona y para ti. No tienes que darles dinero ni comida ni nada material. El sencillo y maravilloso acto de sembrar amor por sí solo proporcionará una solución espiritual a su problema al mismo tiempo que nutre tu alma.

 Nunca te tomes el odio como algo personal. Sembrar amor donde hay odio significa recordar que tú eres amor y que eso es lo que tienes que dar. En consecuencia, cualquiera que quiera verter su odio en ti será incapaz de alcanzar tu alma, porque el odio no puede vivir donde el amor está presente.
El mejor método para desviar el odio es ser consciente de cómo reaccionas a él. Si te ofendes enseguida por la conducta de quien odia, te lo has tomado como algo personal y has permitido que tu ego se crispe. Cuando respondes a quien odia con las palabras: «Tú sientes», pones el énfasis donde corresponde y no lo tomas como algo personal. Porque sabes que estás sembrando amor y el odio no tiene nada que ver contigo. Si alguien te dice: «Te odio; eres soso y nunca me alabas por nada. Lo único que haces siempre es criticarme», podrías responder con algo como: «A ti te parece que no te alabo, y eso realmente te enoja. Quiero que sepas que tienes talento y procuraré decírtelo con más frecuencia». No te lo has tomado como algo personal y has respondido al odio con amor. ¡Una solución espiritual! Y aunque el odio continúe existiendo, sigues con tu decisión de no tomarte nunca el odio como algo personal.

 Procura encontrar tiempo para estar con los que envían odio. Cuando conozcas a las personas que parecen estar llenas de odio, descubrirás que quieren lo mismo que tú. Quieren sentirse amadas y sus manifestaciones externas de odio no son más que un grito pidiendo amor.

Extraído del libro La Fuerza del Espíritu, de W, Dyer

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