Un pensamiento, por sí solo, no vale nada.
Necesita de tu atención para tomar poder.
Necesita ser creído para transformarse en emoción.
Es entonces cuando se refleja en el cuerpo; cuando lo haces tuyo, cuando te lo crees.
Un pensamiento sin atención es como una hoja arrastrada por el viento; como un pájaro solitario en migración; sencillamente solo pasa.
Es la emoción la que crea el movimiento, la que crea la acción. Sin emoción no hay acción.
Pero existe un tipo de acción que ocurre sin emoción: la que surge del silencio.
De ese lugar, sin necesidad de pensamientos, sin necesidad de emociones, surge la acción pura, la que está conectada con la naturaleza, con la energía vital.
No dejes que el pensamiento se aloje en tu cuerpo, no dejes que ni tan siquiera te toque. Permite que te atraviese sin dejar rastro. Poco a poco su energía se irá agotando.
Y surgirá una nueva acción. Una acción limpia, silenciosa, natural, amorosa…
No reclamará autoría alguna, pues es la acción sin dueño, surgida de las mismas entrañas del universo para expresar el amor puro de la creación.
La acción que surge la ansiedad, del miedo, de la rabia; siembra las semillas para más ansiedad, más miedo, más rabia…
Solamente la acción que emerge de la paz, es la que crea la Paz.
Solamente la acción que nace desde el amor, siembra las semillas del Amor en el Mundo.
~ Hugo Lega
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar en este espacio.
En breve tu comentario será revisado y publicado.