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Blog del eBook El Maestro de la Realidad

martes, 19 de diciembre de 2017

SENTIR EL SILENCIO: HERRAMIENTA CLAVE



Deja que tu mente tranquila escuche y se quede absorta». Ambos hablan de la importancia del silencio y del valor que tiene la meditación en nuestra vida, tanto si eres contable como si eres un avatar. Nos envían un valioso mensaje acerca de una práctica que no se fomenta mucho en nuestra cultura: la importancia de dedicar un tiempo a estar a solas y en silencio. Si deseas despojarte del sufrimiento, aprende a permanecer a solas y en silencio en una habitación y medita.

Se calcula que una persona normal tiene unos sesenta mil pensamientos distintos al día. El problema es que hoy tenemos los mismos pensamientos que ayer y los mismos que mañana. Nuestras mentes están ocupadas en la misma conversación interior de todos los días. Aprender a estar en silencio y a meditar implica descubrir cómo entrar en los espacios que existen entre los pensamientos; en los huecos, como yo los llamo. En este silencioso espacio vacío entre nuestros pensamientos, podemos disfrutar de una sensación de paz total que normalmente nos es desconocida. En él, cualquier pensamiento ilusorio de separación se aniquila. Sin embargo, si tienes sesenta mil pensamientos distintos al día, no hay tiempo para entrar en ese hueco entre pensamientos, ¡porque no existe!

En la mayoría de los casos, nuestra mente trabaja a un ritmo vertiginoso día y noche. Nuestros pensamientos son un maremágnum continuo de horarios, preocupaciones económicas, fantasías sexuales, listas de la compra, problemas con las cortinas, inquietud por los hijos, planes de vacaciones y así sucesivamente, como un carrusel que nunca para. Esos sesenta mil pensamientos suelen girar en torno a las actividades cotidianas y crean unas pautas mentales que no dejan lugar para el silencio.

Estas pautas refuerzan nuestra opinión de que los vacíos que se producen en las conversaciones (silencios) se han de llenar rápidamente.

Para muchos, el silencio supone una situación embarazosa y un defecto social. Por consiguiente, aprendemos a llenar esos espacios, independientemente de si el relleno tiene algún sentido.

Los períodos de silencio dentro de un vehículo o en una cena se perciben como momentos difíciles y la gente de mundo sabe cómo llenarlos con algún tipo de ruido.

Lo mismo hacemos con nosotros mismos; no estamos preparados para el silencio, nos resulta pesado y nos causa confusión. Por lo tanto, mantenemos el diálogo interior igual que el exterior. No obstante, en ese lugar para el silencio el viejo maestro Pitágoras nos dice que dejemos que nuestra mente permanezca tranquila y absorta: la confusión desaparecerá y nos sentiremos iluminados. La meditación afecta también a la calidad de las actividades que no hacemos en silencio. La práctica diaria de la meditación es lo único que proporciona a mi vida sensación de bienestar, una mayor energía y una productividad más consciente, relaciones más satisfactorias y una relación más estrecha con Dios.

La mente es como un lago. En la superficie ves el movimiento del agua; sin embargo, la superficie no es más que una parte del lago. Bajo la superficie, en la quietud de las profundidades, conocerás la verdadera esencia del lago, como la de tu propia mente.

Al atravesar la superficie, llegas a los espacios que hay entre los pensamientos y puedes entrar en esos huecos. El hueco es vacuidad total o silencio, y es indivisible. No importa cuántas veces cortes el silencio por la mitad: siempre obtendrás silencio. Esto es lo que significa el «ahora». Quizá sea la esencia de Dios, que no se puede separar de la unidad.

Extraído del libro La sabiduría de todos los tiempos, de W.Dyer

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