Pedimos ayuda Divina pero luego no nos gusta el método o la forma de recibirla.
Pedimos ayuda Divina de cosas que nuestro Ser no entiende.
No entiende de apegos, de falsos ídolos falsos, de ilusiones como la necesidad, la competencia, el juicio o la condena...no entiende nada de eso, pero ese es el lenguaje que nosotros usamos para explicar o justificarnos ante Él...
Pedimos ayuda Divina y seguimos mirando al cielo, cuando esa ayuda está dentro de nosotros..
Hay que aprender a no pedir, sino a agradecer...empecemos por ahí...
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