Existen muchos momentos en nuestra vida donde nos acechan tormentas que llegan disfrazadas de diferentes maneras. Discusiones con la familia, los amigos, la pareja, en el trabajo...
Poco a poco, si un@ va evolucionando interiormente, aprende a "relativizar" todas esos momentos que en un principio calificamos como "malos" o "desagradables". Mirar más allá de los testigos y situaciones que nos traen esas tormentas, percibir las lecciones que nos traen. ¿Para qué está sucediendo esto o aquello? ¿Qué he de aprender? Tolerancia, compasión, manejar rencores, iras...
Siempre hay lecciones que aprender y que corregir...
Por eso en la próxima tormenta, en vez de resguardarnos, bendecimos el momento sabiendo que en realidad nos va a aportar conocimiento y quizás salgamos a chapotear y a empaparnos con esa lluvia..
Jesús
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