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Blog del eBook El Maestro de la Realidad

miércoles, 31 de mayo de 2017

EL DESEO COMO OBSTÁCULO



A menudo hay una falta de comprensión de la función del querer y desear. La ilusión principal se ve en la afirmación: "La única manera en la que conseguiré lo que quiero es deseándolo; si me dejo llevar por mi deseo, no conseguiré lo que quiero." En realidad, lo contrario es cierto.
El deseo, especialmente el deseo fuerte (es decir, el anhelo), con frecuencia bloquea lo que queremos conseguir. ¿Por qué es esto así?

En realidad, la manera por la que algo llega a nuestra vida es porque lo hemos elegido. Fue el resultado de nuestra intención, o tomamos una decisión. Ha llegado a nuestra vida, a pesar del deseo. El desearlo fue en realidad un obstáculo para su realización o adquisición. Esto es porque el deseo
literalmente significa, "yo no tengo." En otras palabras, si decimos que deseamos algo, estamos diciendo que no es nuestro. 

Cuando decimos que no es el nuestro, ponemos una distancia psíquica entre nosotros y lo que queremos. Esta distancia se convierte en un obstáculo que consume energía.
Lo imposible se vuelve posible tan pronto como estemos totalmente entregados. Esto se debe a que el querer bloquea el recibir y da lugar al miedo por no conseguirlo. La energía del deseo es, en esencia, una negación de que lo que queremos es nuestro por pedirlo.

Esta es una forma diferente de ver el logro de metas a la que estamos acostumbrados por la programación de nuestro mundo. Estamos acostumbrados a representar la ambición y el éxito asociados al trabajo duro y las clásicas virtudes de la " ética Protestantes". Estas incluyen el auto-sacrificio, el ascetismo, un gran consumo de esfuerzo y empeño, mantener la nariz en la muela, apretarse el cinturón, adaptarse, y toda la severidad del trabajo duro. 

Cuando miramos todo este panorama, parece difícil, ¿no es así? Bueno, lo es. Se trata de luchar, y de la lucha resulta el bloqueo que hemos puesto en nuestro propio camino debido al deseo.

Comparemos el arduo camino de la conciencia inferior para lograr las metas con un estado superior de la conciencia en el que hemos reconocido y dejado el deseo, y estamos en un estado más libre. En un estado más libre, lo que se elige se manifiesta en nuestra vida sin esfuerzo. Entregamos la emoción del deseo y, acambio, simplemente elegimos la meta, visualizándola amorosamente, y permitiendo que suceda porque vemos que ya es nuestra.

¿Por qué es ya nuestra? En un estado inferior de conciencia, el universo es visto como un sacrificio negativo, frustrante, y reacio. Es como un padre malo, mezquino. En un estado más elevado de conciencia, nuestra experiencia del universo cambia. Ahora se vuelve como un padre que da, ama, provee incondicionalmente y que quiere que tengamos todo lo que queremos, y está para que le pidamos. Esto está creando un contexto diferente. Está dando al universo un significado diferente.

Aunque el mundo puede ser mezquino y hostil para las demás personas, no hay ninguna razón por la que debamos creer ese paradigma.

Extracto del libro "Dejra ir: el Arte de la entrega" del Dr. D.Hawkins)



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