Di tu verdad en cuanto la conozcas
La mayor lección que he aprendido en mi vida está relacionada con la verdad. No existe la Verdad Absoluta en el sentido objetivo; pero sí existe la verdad subjetiva; existe lo que es verdad para ti; y esto tiene una importancia extraordinaria para tu vida.
Aspira a vivir de manera auténtica; aspira a ser plenamente tú mismo; pues cuando vives enseñando sólo la mitad de ti, dando a conocer sólo la mitad de ti, expresando sólo la mitad de ti, es cuando tienes garantizada la infelicidad.
No ocultes a nadie tu verdad personal, tus sentimientos auténticos, tu vivencia aquí-y-ahora; ni mucho menos los ocultes a tus seres más queridos ni a tu persona amada.
Es interesante que éstas suelen ser las personas a las que más cosas ocultamos. Solemos hacerlo porque no queremos herirlas en sus sentimientos. O quizá porque no queremos perder a esas personas.
Por eso las mantenemos en su lugar a base de mantenerlas en duda, de tenerlas a oscuras, de no decirles todo lo que es nuestra verdad. Esto es exactamente lo contrario de lo que más nos puede beneficiar; pero vivimos como recluidos de la expresión de nuestros sentimientos, esperanzas, temores y deseos más auténticos. Y eso no es vivir en absoluto; eso es morir.
Es una muerte lenta, pero segura. Y una mañana nos despertamos y, sencillamente, ya no nos sentimos vivos.
Así pues, di tu verdad en cuanto la conozcas. No te pienses que estás protegiendo los sentimientos de otra persona a base de callarte o de guardarte cosas. Un maestro maravilloso me dijo una vez: «Di tu verdad, pero alivia tus palabras con paz». Puedes exponer la más difícil de las verdades con delicadeza.
Hazlo así. No te pienses que estás evitando dolor a otros a base de callarte tu verdad. No es así. Los estás matando dulcemente con tu canción. Y eso es falso y poco sincero por tu parte.
Lo que estoy diciendo aquí es que el camino para ser más felices que Dios es el camino de la verdad. Di la verdad a todos y acerca de todo, y vive tu verdad a cada momento y de todas las maneras, y así serás feliz para siempre en tu corazón; pues la verdad eleva el espíritu, la verdad libera la mente, la verdad abre el corazón y la verdad enciende la pasión y libera el amor del alma
Extraído del Libro Dios es Felicidad de Neal Donald Walsh
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