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Blog del eBook El Maestro de la Realidad

martes, 11 de julio de 2017

¿POR DÓNDE EMPEZAMOS?


¿Qué tal tus pensamientos, tus sentimientos, tus palabras?
¿Ya sabes que el ·verbo se hizo carne·?

Está escrito, y además el verbo habitó entre nosotros; por tanto lo primero que debemos de cuidar es la forma en la que hablamos, ¿cómo nos hablamos? Lo que yo les cuento no va a servir de nada si no lo practican, por tanto cuando se miran al espejo, ¿que se dicen? -barrigón…, cuantas arrugas tengo…, me estoy quedando calvo…, vaya mierda la vejez…etc.- Hay una industria detrás, que se hacen ricos a costa de las miserias mentales de los demás, hay gente que se pone unos morros espectaculares y todos con una misma nariz, el mismo morro…ahí no hay crisis. No deja de estar bien, ni mal. Si alguien quiere hacerlo, si alguien quiere arreglarse, que lo haga; el problema es lo que yo siento, el sentimiento de que si yo no lo hago, yo no valgo.

Yo puedo entender que una persona se arregle su cuerpo, aquí o allí, me parece maravilloso, pero si yo tengo un problema de relación conmigo mismo, el problema que tengo es el sentimiento que me mueve a hacer eso, la emoción oculta, a esto me refiero. Obviamente no estoy diciendo que no se puede hacer, porque se puede hacer lo que se quiera, y vestir como quiera, y conducir el coche que te apetezca; sino que estoy hablando del sentimiento y de la emoción que me está creando la necesidad de hacer esto. Eso es lo que nos empobrece o lo que nos hace abundantes, no el hecho en sí. Como comprenderán hay que pensar en aquello que estoy haciendo, pensar en “para qué” yo estoy haciendo esto, y no el “por qué”. Ya que es el “para qué” el que siempre me lleva a mí, y en cambio el “por qué” siempre me lleva al otro.

Estamos hechos a imagen y semejanza de Dios.

La imagen no es la imagen física, la imagen es el pensamiento. Estamos hechos de la materia de los pensamientos y nosotros creamos exactamente igual.

Alguien dijo que estamos hechos de polvo de estrellas, porque de hecho hubo un primer momento, un momento creador. Por tanto toda la materia, toda la energía es Inteligencia y lleva sus programas, y por ello vamos a cuidar nuestros pensamientos. Lo primero que deberíamos hacer es la siguiente pregunta ¿cómo yo pienso siempre con relación a mí?, pero como eso no lo solemos hacer muy bien, la pregunta hay que hacerla de este modo ¿cómo yo pienso en relación con los demás?

Por eso UCDM nos dice: “alégrate de tener tantos espejos en los cuales puedas verte reflejado a ti mismo, y puedas ver de ti mismo aquella parte que tú no puedas ver por ti mismo”. Por eso lo que yo piense de los demás, es aquello que tengo que arreglar en mí, pues si yo veo una arruga en el otro, la arruga me la debo de quitar yo; si yo veo la paja en el ojo ajeno me debo de quitar la viga en el mío. Entonces cuidemos nuestros pensamientos, porque nuestros pensamientos nos llevaran a hacer acciones, y estas acciones marcaran nuestro destino. Cuiden los pensamientos, esa es la primera clave.


Transcripción de Cecilia García de las Conferencias La Abundancia y la Espiritualidad van de la mano . Enric Corbera



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