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Blog del eBook El Maestro de la Realidad

viernes, 16 de junio de 2017

RELACIÓN ESTRÉS - ENFERMEDAD




La Relación de la Conciencia con el Estrés y la Enfermedad

Como hemos visto, la tendencia al estrés y la vulnerabilidad está directamente relacionada con nuestro nivel general de funcionamiento emocional. Cuanto más elevados estemos en la escala de la conciencia, menos respondemos con reacciones de estrés. Podemos tomar un simple incidente de la vida cotidiana e ilustrar las diferencias en la reactividad.

Digamos, por ejemplo, que hemos aparcado el coche y, justo al salir, el coche aparcado frente a nosotros da marcha atrás y nos da un golpe seco.

Nuestro parachoques y la parte frontal del guardabarros se abolla. Así es como los diferentes niveles de conciencia podrían sonar:

Vergüenza: "Qué embarazoso. Soy un pésimo conductor ni siquiera puedo aparcar un coche. Nunca llegaré a nada".

Culpa: "Tenía que verlo venir. ¡Qué estúpido soy! Debería haber aparcado mejor".

Apatía: "¿De qué sirve? Estas cosas siempre me pasan a mí. Probablemente no cobraré del seguro de todos modos. No sirve de nada hablar con el chico. Él sólo me demandará a mi. La vida apesta".

Sufrimiento: "El coche está ahora estropeado. Nunca será el mismo. La vida es triste. Probablemente voy a perder mucho dinero en esto".

Miedo: "Este chico está probablemente furioso. Temo que vaya a golpearme. Me preocupa tener que volver a hablar con él. Probablemente me demandará. Probablemente nunca conseguiré arreglar otra vez el coche. La gente que ha de repararme el coche siempre me estafa. La compañía de seguros probablemente se va a escapar de esta, y yo seré el único que me quedaré en la estacada".

Deseo: "Puedo hacer un dineral con esto. Creo que voy a agarrarme del cuello y darme un latigazo cervical falso. Mi cuñado es abogado.Demandaremos a este idiota hasta bajarle los pantalones. Conseguiré un acuerdo por la estimación más alta y lograré arreglarlo en el lugar más barato".

Ira: "¡Maldito idiota! Creo que voy a enseñarle a este chico una lección. Merece un buen puñetazo en la nariz. Le demandaré hasta por sus pantalones y le haré sufrir. Me hiere la sangre. Estoy enfadado, no respondo. ¡Podría matar a ese bastardo!".

Orgullo: "¡Mira por donde vas, tonto! ¡Oh Dios! ¡El mundo está lleno de torpes idiotas! ¡Cómo se atreve a dañar mi coche nuevo! ¿Quién demonios se cree que es? Probablemente tiene un seguro barato; gracias a Dios el mío es el mejor".

Coraje: "Oh, bueno, los dos tenemos seguro. Tomaremos los datos y lo gestionaremos bien. Una molestia, pero puedo hacerlo. Hablaré con el conductor y conseguiré un acuerdo sin juicio".

Neutralidad: "Estas cosas pasan en la vida. No puedes conducir 30.000 Km al año sin doblar un guardabarros".

Voluntad: "¿Cómo puedo ayudar a tranquilizar al chico? No tiene por qué sentirse molesto por ello. Tan solo intercambiaremos la información necesaria para el seguro y todo irá bien".

Aceptación: "Podría haber sido peor. Por lo menos nadie está herido. Sólo es dinero de todos modos. La compañía de seguros se hará cargo de ello. Supongo el malestar del chico. Es natural. Esas cosas simplemente no tienen remedio. Gracias a Dios no estoy a cargo de este universo. Es sólo una molestia menor".

Razón: "Seamos prácticos aquí. Me gustaría encargarme de esto lo antes posible para poder seguir adelante con las actividades del día ¿Cuál es la forma más eficiente de resolver nuestro problema?"

Amor: "Espero que el chico no se sienta mal. Voy a calmarlo. (Le dice al otro conductor), “Relájate. Todo está bien. Ambos tenemos seguro. Se como fue. Me sucedió a mi lo mismo. Era una abolladura leve y me lo arreglaron en el mismo día. No te preocupes, -no lo informaremos si no quieres. Probablemente podremos deducirlo y evitar un aumento en el prima de seguro. No hay nada por lo que enfadarse” (Tranquiliza al conductor, pasándole el brazo por el hombro como signo de camaradería humana al prójimo.)

Paz: "Bueno, ¿no es casualidad? Tenía ruidos, de todos modos, y el guardabarros ya tenía una abolladura pequeña. Así que ahora voy a conseguir que me lo arreglen gratis. 
    “Dime, ¿verdad que eres mi cuñado George? Eres justo el chico que quería ver. Tengo un buen negocio que creo que podrías gestionar por mí. Ambos nos beneficiaremos. Pareces la persona adecuada para hacerlo. ¿Qué tal una taza de café y lo hablamos? Por cierto, aquí está mi tarjeta del seguro. Diles que es la misma compañía de seguros que el tuyo. Qué casualidad. Todo está funcionando a la perfección. Sin problemas". (se aleja tatareando con su nuevo amigo, el incidente ya está olvidado).

Lo anterior ilustra todo lo que hemos estado diciendo. Somos nosotros mismos los que creamos reacciones de estrés como consecuencia de lo que está teniendo lugar en nosotros. Los sentimientos suprimidos determinan nuestros sistemas de creencias y nuestra percepción de nosotros mismos y
de los demás. Estos, a su vez, literalmente, crean los acontecimientos e incidentes en el mundo, los acontecimientos a los que luego, les damos la vuelta y culpamos por nuestras reacciones. Este es un sistema de autorefuerzo de las ilusiones. Esto es lo que los sabios iluminados quieren decir
cuando dicen: "Todos vivimos en una ilusión". Todo lo que experimentamos son nuestros propios pensamientos, sentimientos y creencias proyectados en el mundo, causando realmente lo que vemos suceder.

Extraído del libro : Dejar ir: el Arte d ela entrega , del Dr . David Hawkins)





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