TÍTULO

Blog del eBook El Maestro de la Realidad

martes, 1 de agosto de 2017

INFLUENCIAS



Podemos ser influenciados completamente por campos de resonancia ajenos. Todos lo sabemos
demasiado bien por nuestras experiencias diarias.
Podemos estar, por ejemplo, tranquilos y en paz, pero a menudo es suficiente una sola persona para dejarnos llevar por su rabia y su descontento. En pocos segundos nos encontramos de repente en una discusión increíblemente violenta, que se ha desencadenado como un incendio ardiendo en un bosque. A veces decimos cosas que no queríamos decir, o tomamos decisiones precipitadas, que con un análisis más considerado jamás hubiéramos tomado.

A menudo no comprendemos cómo hemos podido dejarnos arrastrar a una discusión así, cuando el
día había transcurrido de manera tan maravillosa y armónica hasta ese momento.
Sin embargo, la explicación es muy sencilla: simple y llanamente hemos caído en la trampa del
campo de resonancia de otra persona y nos hemos dejado influir. Esto significa que nuestra energía vibratoria se ha amoldado a la suya. Tanto si era nuestra voluntad como si no, fuimos influidos por una energía ajena.

Sin embargo, si consideramos bien la cosa, veremos que esa energía no no es tan ajena, porque si no hubiera podido tener cabida en nosotros, tampoco nos habríamos dejado influenciar por ella. No habríamos resonado con ella. La vibración pretendidamente extraña no habría hecho vibrar nada en nosotros.Si nos dejamos contagiar por una persona pendenciera, el potencial para la disputa arraiga también en nuestro interior.

Nosotros podemos serlo todo, todas las facetas de las emociones están en nuestro ser. Podemos ser pacíficos, amorosos, comprensivos, airados, malhumorados, envidiosos, irritables o desconfiados.
Si por ejemplo nos encontramos con alguien lleno de amor y de simpatía, también nosotros seremos tiernos y amorosos, y experimentaremos esa simpatía. Ambas, la ira y la simpatía, existen ya en nuestro ser, de lo contrario, en ningún caso podríamos entrar en esa energía.

Depende siempre de nosotros qué potencial interior de vibración queremos activar.

Está en nuestras manos. A fin de cuentas, también nosotros conocemos suficientes posibilidades maravillosas de cómo nos podemos contagiar de energías vibratorias extrañas. Cuando por ejemplo entramos en una iglesia, de repente, nos comportamos de manera distinta -y no sólo porque esto es lo que se espera de nosotros, sino porque inmediatamente nos dejamos invadir por la vibración de paz del recinto-. La captamos al vuelo y nos volvemos más tranquilos y pacíficos. Ocasionalmente, la tranquilidad interior sigue con nosotros cuando volvemos a la calle y a la vida diaria.

Lo mismo sucede cuando leemos un libro espiritual o conmovedor, o escuchamos una música
edificante. Inmediatamente captamos las resonancias de otras personas o melodías y nos alineamos con ellas. El único trabajo que hemos hecho en este caso consiste en habernos entregado

A menudo, sin embargo, frecuentamos campos de energía que van completamente en contra de
nuestros deseos. Nos rodeados de personas que con sus dudas nos debilitan y quieren convencernos
de que aquello que nos proponemos no puede funcionar de ninguna manera. No hay que
sorprenderse, pues, de que empecemos a dudar cuando en un campo de resonancia no rodeamos de
escépticos. Muy a menudo este desarrollo se consuma de manera insidiosa e imperceptible. Por ello,
es bueno de vez en cuando comprobar si nos hallamos en los campos de energías y provechosos
para nosotros.

La ley de la Resonancia Pierre Franckh

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar en este espacio.
En breve tu comentario será revisado y publicado.

Lo + LEÍDO