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Blog del eBook El Maestro de la Realidad

martes, 8 de agosto de 2017

LA INCONSCIENCIA ORDINARIA




¿Puede darme más ejemplos de inconsciencia ordinaria?

Vea si puede sorprenderse a sí mismo lamentándose, de palabra o de pensamiento, de una situación en la que se encuentra, de lo que los demás hacen o dicen, de lo que lo rodea, de su situación vital, o incluso del tiempo. Quejarse es siempre falta de aceptación de lo que es. Invariablemente lleva una carga negativa inconsciente.

Cuando se queja, se convierte en una víctima. Cuando se explica, está en posesión de su poder.

Así que cambie la situación actuando o hablando claro si es necesario o posible; salga de la situación o acéptela. Lo demás es locura.

La inconsciencia ordinaria siempre está ligada en alguna forma con la negación del Ahora. El Ahora, por supuesto, también implica el aquí. ¿Se está resistiendo a su aquí y ahora? Algunas personas preferirían estar siempre en otro lugar. Su "aquí" nunca es satisfactorio. Por medio de la observación de sí mismo, descubra si es el caso en su vida. Dondequiera que esté, esté plenamente allí. Si encuentra su aquí y ahora intolerable y lo hace infeliz, tiene tres opciones: apártese de la situación, cámbiela o acéptela totalmente. Si quiere tomar la responsabilidad de su vida, debe escoger una de esas tres opciones y debe escoger ahora. Después acepte las consecuencias, sin excusas, sin negatividad, sin contaminación psíquica. Mantenga su espacio interior despejado.

Si usted emprende algún tipo de acción - cambiar su situación o salir de ella - suelte la negatividad primero, si es posible. La acción que surge de la comprensión de lo que se requiere es más efectiva que la que surge de la negatividad.

Cualquier acción es a menudo mejor que la no acción, especialmente si ha estado detenido en una situación de infelicidad durante mucho tiempo. Si comete un error, al menos aprende algo, en cuyo caso ya no es un error. Si permanece atascado no aprende nada. ¿Le impide el miedo emprender una acción? Reconozca el miedo, obsérvelo, ponga su atención en él, esté completamente presente con él. Hacer esto corta el vínculo entre el miedo y su pensamiento. No permita que el miedo surja en su mente. Use el poder del Ahora. El miedo no puede prevalecer contra él.

Si realmente no hay nada que pueda hacer para cambiar su aquí y ahora, y no puede alejarse de la situación, entonces acéptelo totalmente soltando cualquier resistencia interior. El yo falso e infeliz que adora sentirse desgraciado, resentido o compadecerse de sí mismo no puede sobrevivir entonces. A eso se le llama rendición. La rendición no es debilidad. Hay gran fortaleza en ella. Sólo una persona rendida tiene poder espiritual, Por medio de la rendición, usted será libre interiormente de la situación. Puede que descubra entonces que la situación cambia sin ningún esfuerzo de su parte. En cualquier caso, usted es libre

¿O hay algo que usted "debería" estar haciendo pero que no hace? Levántese y hágalo ahora. O como alternativa, acepte completamente su inactividad, su pereza o su pasividad en este momento, si esa es su elección. Entre en ella completamente, goce de ella. Sea todo lo perezoso e inactivo que pueda. Si se aplica a ello completa y conscientemente, pronto saldrá de ello. O quizá no. En cualquier caso, no hay conflicto interior, ni resistencia, ni negatividad.

¿Está estresado? ¿Está tan ocupado tratando de llegar al futuro que el presente se reduce a un medio de llegar allá? 

El estrés es causado por estar "aquí", pero querer estar "allá"; o estar en el presente pero querer estar en el futuro. Es una ruptura que lo desgarra interiormente. Crear y vivir con un desgarro interior así es malsano. 

Si usted tiene que hacerlo, puede moverse de prisa, trabajar de prisa o incluso correr, sin proyectarse en el futuro y sin resistirse al presente. Según se mueve, trabaja, corre, hágalo totalmente. Goce el flujo de energía, la alta energía de ese momento. Ahora no estará ya estresado ni partido en dos, sólo moviéndose, corriendo, trabajando y gozándolo. O puede dejarlo todo y sentarse en una banca del parque. Pero cuando lo haga, observe su mente. Puede que diga: "Deberías estar trabajando. Estás perdiendo tiempo". Observe la mente, sonríale.

Extraído del libro El Poder del ahora de Echart Tolle

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