La base de tu vida es la libertad absoluta
Naciste con el conocimiento innato de que eres el creador de tu propia realidad. De hecho, es un conocimiento tan básico que cuando alguien trata de impedir que crees tu propia vida, sientes de inmediato una disonancia en tu interior.
Naciste sabiendo que eres el creador de tu realidad, y aunque el deseo de conseguirlo late poderosamente en ti, cuando empezaste a integrarte en tu sociedad empezaste a aceptar las mismas pautas que sostienen otros sobre cómo debe desarrollarse tu vida. Ahora bien, hoy sigues siendo consciente de que eres el creador de tu experiencia vital y que en última instancia la creación de tu experiencia vital depende única y exclusivamente de ti.
Nunca te ha gustado que otros te dijeran lo que debías hacer. Nunca te ha gustado que te disuadieran de tus poderosos impulsos. Pero con el tiempo, debido a las intensas presiones de quienes te rodean, convencidos de que su forma de ver las cosas es más válida que la tuya (y, por tanto, más adecuada), poco a poco renunciaste a tu determinación de dirigir tu vida.
Con frecuencia te parecía más fácil adaptarte a sus criterios sobre lo que te convenía que imponer los tuyos. Pero al adaptarte a los intentos de tu sociedad de obligarte a encajar en ella, y tratar de evitarte problemas, has renunciado sin pretenderlo a tu fundamento básico: tu libertad total y absoluta de crear.
Con todo, no has renunciado fácilmente a esa libertad y, de hecho, jamás renunciarás a ella por completo, pues constituye el elemento básico de tu ser. Pero en tu intento de renunciar a él para no complicarte la vida, y en tu impotente y en tu resignada actitud de que no tienes más remedio que renunciar a tu poderoso derecho de elegir, has obrado contra tu propia naturaleza e incluso contra tu alma.
Sólo tú puedes crear tu experiencia
[...]
No debes permitir que otros traten de crear tu realidad. De hecho, es imposible que otros creen tu realidad.
Cuando hayas logrado realinearte con las fuerzas eternas, las Leyes Universales, y con lo que constituye la Fuente de lo que eres, te aguarda una gozosa labor de creación imposible de describir con palabras físicas, pues serás el creador de tu propia experiencia y el hecho de guiar intencionadamente tu vida te procurará una profunda satisfacción.
Extraído del libro Pide y se te dará de Esther y Jerry Hicks
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